Educar en positivo significa que nuestros hijos e hijas aprenderán a gestionar sus emociones de forma saludable y a enfocarse en soluciones ante las dificultades que se encuentren en la vida.
Las herramientas y principios de la disciplina positiva ayudan a los niños y las niñas a tomar decisiones saludables sobre sí mismos, sobre los demás y sobre el mundo.
Los niños aprenden por observación y por imitación.
Si somos un ejemplo de adultos que muestran optimismo y alegría, aumentaremos en ellos estas habilidades que son tan necesarias para la vida.
Por eso es tan importante que los padres, las madres y los educadores sepan empoderar al niño o la niña y hacer que sientan confianza en sí mismos a través de unos ‘ojos que confían’ en ellos. Una mirada de apoyo, que transmite un “yo sé que tú puedes”, hará que el pequeño sienta ese estímulo para prosperar.
También permite que desarrollen cuatro habilidades importantes para la vida.
Me conozco.
Sé trabajar en equipo.
Conozco los límites.
Tengo criterio (buenos valores).
De este modo estimulamos en ellos los sentimientos de autoestima y seguridad en cualquier contexto.
Educar en positivo definitivamente hace que los niños logren tener más momentos agradables y deseen disfrutar de la vida entendiendo que hay momentos de crisis, es importante recordar que educar en positivo es un proceso a largo plazo y a veces los resultados tardan en llegar. Por eso no hay que frustrarse, si no enfocarse en el día a día.
Información: Cindy Moya.