Bárbara Céspedes C.
Pérez Zeledón. Jefa de hogar y dedicada al negocio de ventas por catálogo, asegura ser víctima de una mala praxis que la dejó atada de manos.
En setiembre del 2011, fue intervenida quirúrgicamente para remover una masa ubicada en su abdomen y en su ingle, la cual fue extirpada por cuatro ocasiones, según relata Calvo.
Al no desaparecer los dolores, decidió realizarse un ultrasonido en una clínica privada, donde le indicaron que los ganglios habían sido dañados.
Conforme pasaban los meses, su pierna aumentaba de tamaño, quedando de una manera deforme.
Su calvario ha sido largo, pues sostiene que no ha recibido ayuda por parte de las autoridades hospitalarias y que nadie le explica por qué terminó en esa condición.
Además, que la han enviado a San José donde varios especialistas, quienes le han explicado que su problema no tiene cura.
Esta situación motivó a doña Rosa a interponer una denuncia ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Además de solicitar una pensión pues afirma no poder caminar ni trabajar, la cual fue denegada.
SN Sur Noticias trató de contactar al director del Escalante Pradilla, sin embargo se encontraba de vacaciones y la dirección notificó que no podían referirse al caso debido a que existe una demanda de por medio.
Al consultar al el gerente de la sucursal de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Minor Mata, sobre la situación, explicó que la paciente no cumple con los requisitos para recibir una pensión por el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
Mata agregó que para ser acreedor de ese beneficio, se debe tener una edad superior a los 65 años y un daño físico de 66.66%.
Asimismo, especificó que Calvo puede iniciar de nuevos los papeleos para ser candidata de pensiones del régimen no contributivo, proceso que es incierto si se aprueba o no,
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