Pulpitos tejidos acompañan a bebés prematuros en el hospital Tomás Casas Casajús

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Osa. Del frío de Dinamarca al calor de Osa, los pulpitos de lana extienden sus tentáculos para acompañar a los bebés prematuros que luchan por salir adelante en la unidad de Neonatos del hospital Tomás Casas Casajús en la zona sur del país.

De acuerdo con Priscila Martínez Monge, del servicio de Maternidad de este establecimiento de salud e impulsora de esta iniciativa, los pulpos les dan tranquilidad, seguridad, ellos sienten la compañía y los tentáculos asemejan al cordón umbilical… juegan y se siente seguros y tranquilos, los signos vitales se mantienen estables.

Esta terapia, explica la doctora Martínez Monge, inició en diciembre 2019, en el servicio de Neonatos del hospital, donde se mantienen internados bebés en incubadoras por prematuridad o alguna complicación a la hora de nacer (que hayan requerido intubación o ventilación asistida, dificultad respiratoria, infecciones pulmonares, ictericia, pérdida de peso).

Por su parte la doctora Adriana Hernández Chan, enfermera obstetra del servicio de Maternidad de este hospital, comentó que las mamás se ponen muy contentas porque pueden tener ratos para descansar, ellas acompañan al bebé mientras esté internado y esta terapia les ayuda a que descansen un poco.

Los pulpitos que están acompañan a los bebés prematuros del hospital Tomas Casas Casajús se tejen en Ciudad Cortés, en las manos de la señora Elba Rosa Monge Castillo, asistente dental del área de salud de Osa y madre de la enfermera Priscila Martínez.

Doña Elba aprendió el oficio de tejer desde joven y en sus tiempos libres, luego de cumplir su jornada laboral y en la comodidad de su casa, se dedica a confeccionar estos pulpitos, pero antes se puso a estudiar, leer y observar videos de las características del pulpo, materiales y dimensiones.

Para su elaboración, la lana tiene que ser especial 100% algodón, se rellena de guata porque tiene un proceso de esterilización y debe aguantar.

La cabecita tiene que medir entre 7 y 9 centímetros, y los tentáculos extendidos tienen que medir entre 16 y 22 centímetros, entre ese estándar tienen que para que no pesen tanto y sean seguros para los bebés”.

Cada pulpito le toma una hora y treinta minutos tejerlo y ya ha confeccionado unos 35.

Pero además de tomar de su tiempo libre, de su dinero salió el material para la confección, labor que la hace muy feliz porque estos pulpitos estarán acompañado a los bebés prematuros para que pronto puedan estar en casa con sus madres.

Pero esa habilidad para tejer de doña Elba Rosa también se está empleando para confeccionar gorritos de lana decorados, que desde hace seis semanas se comenzaron a entregar a los bebés que nacen en el hospital Tomás Casas Casajús.