Carmen Picado N.
Pérez Zeledón. Desde hace varias semanas, la escultura fue ubicada en una de las esquinas, donde las personas llegan a tomarse fotografías y admirarla. Pero hay otros, que se acercan a dañarla.
El arado ya fue zafado, los ojos de la mujer cortados y sus brazos tienen varias figuras, tanto así que podría quebrarse.
El arnés de uno de los bueyes ya fue deteriorado como se aprecia en esta imagen.
Y hasta una persona ya impregnó su firma en otro de los bueyes.
Esta escultura no tiene ninguna seguridad en el parque y aún en el Concejo Municipal no se define dónde será ubicada.