Xinia Zúñiga Jiménez
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San Isidro de El General. Esta vecina de Ciudadela Blanco se topó con un señor elegante de unos 70 años de edad, quien le preguntó que si sabía dónde quedaba Bienes y Tierras, ya que le habían dado muchas direcciones y que andaba cansado de caminar.
Mientas ambos conversaban se acercó otro un señor que dijo conocer la supuesta oficina, pero les dijo que lo esperaran para ir a cambiar un pagaré y les mostró un bolso con mucho dinero, el cual aparentemente tenía que depositar.
“El segundo señor se retiró a cambiar el dicho pagaré por 50 mil colones y me dejó el bolso con el dinero, luego llegó y le dio de propina 20 mil colones al primer señor que me encontré y me iba a dar a mi, pero el otro le dijo que él me iba a recompensar porque Yo le iba a ayudar cambiando un pagaré de 900 mil colones”, manifestó doña Hilda.
Agregó que el primer sujeto les contó que el papá le había heredado unas fincas y que unas tías que estaban en una oficina les querían quitar el dinero. Siguieron caminando y al llegar a la supuesta oficina el dijo la víctima que entrara con el pagaré en un sobre y que buscara a un tal Ricardo.
Sin embargo, como el individuo le estaba dando un pagaré supuestamente por casi un millón de colones, le pidió a doña Hilda que se quitara las joyas y las echara en el bolso, el cual se lo tenía que dejar.
“Me quité las argollas y me las eché en el pantalón, el señor me pidió que las colocara en el bolso, pero Yo no accedí; luego me pidió que me quitara la cadena, la cual sí deposité en el bolso y el anillo no me lo quise quitar”, añadió.
No obstante, aquí fue donde la víctima de los timadores entró en desconfianza y cuando se dirigía a cambiar el pagaré a la supuesta oficina en los altos de la Imprenta Elimar a un costado del Estadio Municipal, se devolvió y le pidió el bolso al primer sujeto aduciendo que tenía algo que no podía dejárselo, a lo cual accedió, pero cuando iba hacer una llamada le preguntó que si también iba a dejar el celular a lo que ella le dijo que tenía que hacer una llamada y en cuestión de segundos desaparecieron.
“Quiero alertar a la población para que no se dejen engañar. Los señores tienen entre 65 y 70 años; uno es moreno, bajo y usa sombrero, el otro es blanco, bajo y utiliza lentes”, reveló.
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